Wednesday, 17 February 2010

EL MARABARISTA


El otro día paré frente a un semáforo, de esos que abundan en la ciudad de Guate donde no falta algún alegre ciudadano de esos que les gusta derrochar su buena vibra haciendo desde simples mímicas hasta los más estrambóticos actos de valentía; ya sean estos peripecias con limones o extravagantes despechadas sobre dos manos tomando en cuenta que el susodicho no tiene, o carece de funcionalidad, en sus extremidades inferiores. Pero estrechando la visión (del anglicismo "narrowing down") a los afanados pero no menos infames malabaristas, me puse a pensar en su método de aprendizaje; seguramente no fue fácil. Seguramente tuvieron que elegir entre comerse las ahora desvirtuadas naranjas o arrojarlas al aire y poderse así ganar la vida al día día, o mejor dicho al minuto minuto, o mejor aún al luz-azo rojo luz-azo rojo. Yo comparo esta magnífica habilidad de coordinación y multi-tasking con la vida cotidiana de cualquier ser humano. Desde el niño que va al colegio y debe coordinar la naranja del colegio y la naranja de las clases de piano sin botar ninguna, con la del gran empresario que debe coordinar la naranja de mantener su empresa a flote, la naranja de pagar sus nóminas y la naranjota de pagar sus taxes, por no decir la mega naranja de atender a su familia y cuidar al mismo tiempo que sus hijos mantengan sus respectivas naranjas (la del colegio y las clases de piano) en constante circulación (y en estricto sentido de la palabra por la forma geométrica que describen en el aire. Yo tengo tres naranjas, el trabajo, la familia y la vida personal, y a decir verdad es un verdadero reto mantener las tres en continuo movimiento sin botar ninguna, y he allí, mi admiración por estos individuos del entretenimiento callejero en strictus sensus que dependen de no botar ninguna de eseas cinco, seis, ocho naranjas que avientan al aire contiguamente pensando en cuando su bondadoso empleador (el semáforo) les dará el próximo descanso, o mejor dicho, un verde luz-azo. Feliz semana.

Monday, 4 January 2010

HAPPY NEW YEAR!

Estimado lector, el año 2009 es cosa del pasado. Si bien fue un año un poco incierto, entre un mar de vaibenes del destino, esperemos que este 2010 sea más estable y más que estable, de crecimiento, en cualquier contexto donde el verbo crecer tenga una aplicación directa, literal o análoga. Empezar el año es una práctica saludable, teóricamente el tiempo es siempre el mismo y nos encontramos suspendidos en una matriz atemporal como embriones experimentando unicamente el espacio y los cambios que radican en ella, de allí que a alguien se le ocurriera inventar la unidad tiempo (t) para medir cuanto tarda el interin entre cambio y otro, y esque sin una celebración cíclica como lo es el famosísimo y añorado Año Nuevo, nos veriamos atrapados en una maratón interminable sin ningún sacre santo checkpoint que nos alentara a seguir adelante, un pit stop que nos dejara parar por unos segundos y tomar aire, re abastecer el camelback con agua, analizar los errores cometidos y emprender una nueva etapa, más fuertes, más sabios, y sobre todo, renovados. Este año nuevo, este blog se reinventa y reactiva, como propósito máximo sea, llevar a tan apreciable auditorio un leve rocío de anécdotas, data, opiniones literarias, críticas arquitectónicas, comentarios de fotografía, de una forma muy liviana y agradable de tal manera que asemeje una brisa agradable de ese enorme mar que es el conocimiento general. Un abrazo fuerte a todos, feliz año nuevo y mis mejores deseos para cada uno de ustedes.